¿Por que no nos educan para reconocer nuestros talentos?
Todas las personas, sin excepción, venimos a este mundo con una serie de talentos y habilidades que son innatos y que numerosos estudios científicos han demostrado permanecen inalterables en nosotros con los años. En otras palabras, lo que se nos daba bien o nos encantaba hacer a los 3 años se nos seguirá dando bien a los 80.
Estos talentos son la plataforma natural para poder desarrollar todo nuestro potencial a lo largo de nuestras vidas y, paradójicamente, en lugar de enseñarnos de pequeñitos a reconocerlos para luego aprovecharlos, como parece que dictaría el sentido común, maestros, familiares y tutores se empeñan en usar ese precioso tiempo en señalarnos aquellas cosas que no hacemos “lo suficientemente bien” o en las que no destacamos.
A muchos nos resultará familiar la frase: “Tú podrás ser lo que quieras en la vida si te esfuerzas lo suficiente” y lo cierto es que es poco probable que una persona a la que no se le den bien los números llegue a convertirse con los años en un gran contable. Con esfuerzo y dedicación podrá llegar a ser un buen contable, pero no un brillante contable. Esa es la diferencia. Cuando ponemos nuestra atención y nuestro esfuerzo en un área para la cuál tenemos una facilidad innata – o un talento- ese tiempo invertido da frutos mucho antes y mucho mejores que los que recogería otra persona que no partiera de esa habilidad. Habremos desarrollado entonces una fortaleza.
TALENTO X INVERSIÓN = FORTALEZA
Estudios realizados por el prestigioso Instituto Gallup concluyen que aquellas personas que diariamente enfocan su actividad en sus áreas de fortaleza tienen seis veces más probabilidad de sentirse motivados y contentos en sus trabajos y tres veces más de tener una muy buena calidad de vida que aquellos que están enfocados en otras áreas. Una mayor satisfacción en el trabajo revierte en una mejor calidad de vida y a su vez incrementa también la calidad del trabajo que producimos.
Como una vez dijo el reconocido cirujano francés Victor Pauchet, “el trabajo más productivo es el que sale de las manos de un hombre contento”.
Lamentablemente muchas personas llegan al final de su vida habiendo recorrido caminos equivocados, aquellos de máxima resistencia, nadando contra corriente muchas veces, y habiendo dejado pasar maravillosas oportunidades de desarrollar su extraordinario potencial y de experimentar el inmenso placer que esto produce.
Es por esto que desde aquí lanzo una llamada de urgencia para que no solo dirijamos nuestra atención e intención a descubrir y desarrollar nuestros propios talentos sino que ayudemos a los que nos rodean a que se hagan conscientes de los suyos. Pongamos nuestro granito de arena para hacer de éste mundo mejor.
Cada ser humano alberga unas maravillosas habilidades innatas que solo están esperando a ser descubiertas.
Oliver Wedell Holmes dijo: “Algunas personas mueren con su música aún dentro” Y tú, ¿sabes cuál es tu música?
Si quieres saber más, escríbeme a
Susana García Pinto
Coach Profesional Certificada
Trusting your Talent Coaching
El impacto del lenguaje no verbal en una entrevista de trabajo
¿Eres consciente de lo que expresas sin palabras?
El 93% de lo que comunicamos durante una entrevista de trabajo lo hacemos sin palabras. Podemos llevar preparado al dedillo nuestro discurso, pero si lo que contamos a nuestro interlocutor con nuestros gestos, expresiones o con nuestro tono de voz es diferente de lo que le estamos queriendo decir con palabras, éstas serán llevadas por el viento y será lo expresado a través de nuestro cuerpo lo que perdure en la memoria de nuestro entrevistador.
Podemos defender con extraordinarios argumentos que somos el candidato perfecto para ocupar la vacante, que éste es el puesto de nuestra vida, para el que hemos nacido sin duda, pero si nuestro tono de voz al contarlo es plano y monótono, si no transmite emoción o entusiasmo alguno, no nos creerán.
Entre el 20 y el 30% de lo que expresamos lo hacemos con nuestro tono de voz y entre el 60 y el 70% con nuestros gestos, posturas y expresiones faciales. Pero ¿qué porcentaje de todo ello podemos o somos capaces de controlar?
En una entrevista de trabajo transmitiremos con nuestro cuerpo y voz aquello que nuestro subconsciente realmente siente, piensa y cree sobre nosotros mismos, nuestro pasado y nuestras capacidades.
Vulgarmente se dice que “el cuerpo no miente”, y en términos generales podemos decir que es cierto, pero ¿es posible entrenarse para expresar no verbalmente lo que queremos transmitir con nuestras palabras?
Numerosos estudios científicos así lo avalan. Los políticos y demás personas públicas lo saben y contratan coaches que les entrenen, conscientes de que la idea que los demás nos haremos de ellos se sustenta sobre la imagen que cuidadosamente proyecten ante las cámaras y en las emociones que percibamos a través de su tono de voz en el discurso. No del discurso en sí.
Durante la entrevista de trabajo, cuanto más alineado esté nuestro mensaje con quien realmente somos, más consistencia habrá en nuestro lenguaje no verbal y más fácil resultará el entrenamiento. Por ello es importante adueñarnos corporalmente de nuestras fortalezas y de nuestros éxitos, sentirnos orgullosos de éstos y saber presentarlos no solo con nuestras palabras.
Aquellos que sepan transmitir seguridad, confianza y entusiasmo a su interlocutor tendrán más probabilidades de cosechar éxito y conseguir el puesto que desean.
Para aquellos que deséeis profundizar un poquito más en este tema, os dejo un link a una interesantísima charla TED sobre este tema de mano de una de las expertas mundiales en el área del lenguaje no verbal:
Our body language shapes who you are
Para más información sobre nuestro servicio de coaching para entrevistas de trabajo, estoy a vuestra disposición.
Susana García
Coach Profesional Certificada, Miembro de ICF
susana@tyt-coaching.com